Salud Mental y Atención Primaria

September, 2013

Discurso de apertura de la Conferencia Temática de la Asociación Mundial de Psiquiatría sobre "Salud Mental y Enfermedad Mental: Centrándonos en Eurasia".

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Gracias por la oportunidad de participar aquí en Ereván en esta conferencia temática. Y mis felicitaciones a la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA) por su gran trabajo en el fortalecimiento de la atención de salud mental para las personas de todo el mundo. La Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA) y la WPA tienen una larga historia de trabajo en común para la promoción y apoyo del acceso universal a la atención de la salud mental, y tengo la intención de continuar nuestra colaboración durante mis tres años como presidente de WONCA.

Tenemos la capacidad de tratar con éxito los trastornos de salud mental, sin embargo, en muchas partes del mundo, sólo una pequeña minoría de personas con enfermedades mentales tiene acceso a un tratamiento eficaz.

En esta presentación me centraré en la integración de la salud mental en la atención primaria y voy a argumentar que la integración de la salud mental en atención primaria es la forma más viable para cerrar la brecha en el tratamiento y asegurarse de que las personas tengan acceso a la atención de salud mental que necesitan. Voy a aprovechar la labor que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA) han realizado en todo el mundo durante los últimos años y a seguir con algunos de los problemas y desafíos clave para Eurasia.

Soy médico de familia. En Australia, se me llama médico general, que, como en el Reino Unido, indica que he realizado formación académica de postgrado y obtenido títulos académicos en la especialidad reconocida de la práctica generalista.

Las palabras que usamos para describirnos a nosotros mismos como médicos que trabajan en la comunidad pueden ser confusas: tanto si nos llamamos a nosotros mismos médico general, médico de cabecera, médico de familia o médico de atención primaria. En esta charla voy a utilizar el término médico de familia. El lenguaje que usamos para describir lo que somos, no importa. Lo que importa es el trabajo en común que hacemos, la visión que compartimos, los resultados que obtenemos.

Estoy compartiendo con ustedes algunas imágenes de médicos de familia que me han permitido visitar con ellos sus consultas en diferentes partes del mundo. Ayer me reuní con la Dra. Armine Tadevosyan, que trabaja en la aldea rural de Agarak, en el norte de Armenia. Esta es la Dra. Armine en su clínica con su pequeño equipo de enfermeras y matronas, que en conjunto proporcionan servicios de atención primaria en medicina de familia a más de 3.500 niños y adultos en su población y en la región circundante.

Me gustaría empezar contando algunas cosas sobre WONCA. WONCA se fundó hace 40 años, con un pequeño grupo de colegios y academias de medicina de familia, que se unieron para crear un organismo mundial que comparte un ideal de formación y educación en medicina familiar y altos estándares de atención clínica en todas las naciones del mundo.

Ahora, WONCA y sus organizaciones miembro representan a más de 500.000 médicos de familia en más de 130 países y territorios de todo el mundo. Cada año, los 500.000 médicos de familia representados por WONCA tenemos más de dos mil millones de consultas con nuestros pacientes. Dos mil millones. Ese es el alcance de nuestro trabajo actual y nuestra influencia.

Pero necesitamos hacer más. Necesitamos trabajar para que cada médico de familia, cada médico general, todos los médicos de atención primaria se unan a nosotros en nuestro compromiso de ofrecer una atención primaria de alta calidad a nuestros pacientes y comunidades. Necesitamos ampliar nuestro compromiso con la educación y la formación de los médicos de familia, la atención de calidad y la investigación en atención primaria, a las 80 naciones del mundo donde WONCA aún no tiene presencia. Y tenemos que asegurarnos de que la atención que ofrecemos incluye la salud mental, igual que tratamos los problemas de salud física.

Así que vamos a hablar de la salud mental y la atención primaria. Hay varias maneras en las que sé, como un médico de familia, si he tenido un buen día de trabajo en mi consulta. He aquí una de ellas:

"No he tenido un buen día como médico de familia, si al menos una persona no ha llorado en mi consulta."

Esto puede sonar mezquino, pero hay que entender el contexto.

En mi práctica, veo a muchas personas con enfermedades crónicas, en especial con VIH / SIDA. Sé que muchos de mis pacientes están en riesgo de depresión como comorbilidad. También sé que, como médico de familia, tengo que estar alerta para tratar de detectar a los pacientes con depresión no diagnosticada. Sé que muchas personas que se suicidan en mi país se han presentado en un centro de salud en busca de ayuda en los días antes de suicidarse. Por lo tanto, la detección de la depresión no diagnosticada entre mis pacientes es una emergencia médica.

También sé que muchos de mis pacientes no vienen a decir "estoy deprimido". Pueden venir con síntomas físicos como dolor de cabeza o dolor de espalda y dolor de estómago, o el deseo de hablar de sus problemas en casa o en el trabajo o con su niños, o se quejan de dificultad para dormir, o preocupación excesiva, o pérdida de peso, o falta de concentración, o simplemente, no se sienten bien. Es solo cuando recojo las señales y hago las preguntas correctas, cuando las lágrimas comienzan a fluir. Y puedo trabajar para hacer un diagnóstico. Y trabajar para ayudar a mis pacientes en el camino hacia el manejo de su depresión.

Los médicos de familia, como los psiquiatras, notamos la relación que hay entre la salud física y el bienestar de nuestros pacientes así como la de su salud mental y su bienestar.

La belleza de la medicina de familia, como en la psiquiatría, es que hemos puesto a nuestro paciente en el centro de la atención y tenemos un enfoque en la persona, en lugar de en las enfermedades individuales.

En palabras del académico canadiense de medicina de familia, Ian McWhinney, uno de los gigantes de nuestra profesión, que falleció el año pasado: "El médico de familia se compromete con la persona más que con un conjunto de conocimientos, grupo de enfermedades, o una técnica especial." Este es nuestro ideal generalista.

Ian McWhinney también nos aconseja que "lo ideal es que los médicos de familia compartan el mismo hábitat que sus pacientes". Esto nos permite entender mejor el contexto social de la vida de nuestros pacientes.

Los problemas de salud mental constituyen una parte sustancial de la carga de enfermedad de los pacientes en la comunidad y son un motivo habitual para el contacto con un médico de familia. De hecho, los problemas de salud mental son parte de las experiencias diarias de los pacientes y sus familias, por lo que es vital que los médicos de familia afronten este tipo de problemas.

Tú y yo sabemos que la gente es más que una colección de partes desconectadas. La mujer con antecedentes de infarto de miocardio puede estar deprimida porque ya no puede cuidar a su anciana madre y la depresión puede ponerla en riesgo de otro ataque al corazón. El hombre que utiliza el alcohol para controlar sus síntomas de ansiedad crónica y desarrolla pancreatitis puede entonces preocuparse obsesivamente por estar condenado a una vida de dolor crónico, lo que agrava aún más su ansiedad.

Somos conscientes de las consecuencias de la mala salud física en la salud mental de muchos de nuestros pacientes. La depresión, en particular, es una comorbilidad común para muchas personas con enfermedades crónicas como el cáncer, las enfermedades del corazón, la diabetes, el VIH y la tuberculosis. También somos conscientes del impacto que la mala salud mental puede tener en el bienestar físico de nuestros pacientes. Esto afecta especialmente a nuestros pacientes con discapacidad intelectual y problemas de salud mental crónicos.

Probablemente fue siempre así, pero vivimos en tiempos preocupantes. En una época de cambios rápidos, de malestar social y conflictos en muchas partes del mundo. La medicina de familia ofrece cierto consuelo a nuestros pacientes, a nuestras comunidades y a nuestras naciones.

Podemos proporcionar consuelo porque estamos acostumbrados a tratar con la complejidad y la incertidumbre.

Ofrecemos consuelo en un momento en que la incertidumbre es cada vez mayor para los pacientes que se enfrentan a un aluvión de elecciones y opciones y una gran cantidad de información errónea, gracias a Internet.

Ofrecemos consuelo a nuestros países, que se enfrentan a la incertidumbre sobre su capacidad de proporcionar servicios de salud a todas las personas y saben que deben mantener a la gente fuera de los caros hospitales, pero no están seguros de cómo hacerlo.

En estos momentos de incertidumbre sobre el futuro de la asistencia sanitaria, el papel del médico de familia sigue creciendo. Y esta necesidad de consuelo mueve a nuestra organización global a un papel cada vez más estratégico con la Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones mundiales de salud, como la Asociación Mundial de Psiquiatría.

La integración de la salud mental en la atención primaria es una parte esencial de este trabajo, y juntas, WONCA y la Organización Mundial de la Salud han estado trabajando para fortalecer la prestación de asistencia sanitaria mental a través de la atención primaria. Esto nos condujo a nuestra publicación conjunta de 2008 sobre la integración de la Salud Mental en Atención Primaria, que algunos de ustedes también contribuyeron a hacer posible. Con esta publicación, la OMS ha hecho una declaración de gran alcance en el sentido de que la salud mental es un componente básico de la medicina familiar y la atención primaria.

Las habilidades y competencias específicas no solo son necesarias para evaluar la eficacia, diagnóstico, tratamiento y apoyo, y para dar servicios de referencia a las personas con trastornos mentales, sino que es esencial que los trabajadores de atención primaria estén adecuadamente preparados y apoyados en su trabajo con la salud mental.

Todos los estudiantes de medicina necesitan educación acerca de la salud mental, todos los alumnos de medicina de familia necesitan capacitación en salud mental, todos los médicos de familia cualificados deben continuar su desarrollo profesional en la salud mental. El acceso a las terapias apropiadas, a los medicamentos y servicios de referencia son esenciales. La investigación debe llevarse a cabo en las tasas de problemas de salud mental de las comunidades y en el diagnóstico y tratamiento de problemas de salud mental en la atención primaria.

Ha sido excelente este mes poder ver el nuevo Informe Mundial de la Salud de la OMS, que se centra en la investigación necesaria para la cobertura universal de salud. Cuenta con importantes mensajes para la medicina de familia y la psiquiatría.

La Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud, ha dicho que "la salud mental es esencial para lograr una atención primaria centrada en la persona y su salud integral".

La Dra. Chan tiene razón. Debemos crear conciencia y cambiar la percepción pública de la salud mental. Tenemos que sensibilizar a la opinión pública sobre las cuestiones de salud mental y voy a compartir con ustedes algunas formas de hacerlo.

Soy miembro de la junta de una organización en Australia llamada Beyondblue, financiada por el Gobierno de Australia, y que se ha comprometido a sensibilizar a los profesionales de la salud y al público en general acerca de la salud mental, la lucha contra el estigma y la discriminación, así como en apoyar a la gente de nuestro país para buscar la ayuda que necesitan. Este es un ejemplo de una de nuestras campañas de educación pública: este anuncio se emite en la televisión nacional y en los cines.

En cada país, hay que destacar el papel de los líderes clínicos entre los médicos de atención primaria y especializada, que abogarán por la necesidad de gestionar tanto las necesidades de salud física como mental de cada uno de nuestros pacientes.

Tenemos que reforzar la necesidad de un gobierno activo y del apoyo empresarial, incluida la reforma de la financiación, para garantizar que la atención de los problemas de salud mental se integra con la atención de problemas de salud física de las personas que asisten a los centros de atención médica de primaria y especializada.

Durante demasiado tiempo, los trastornos de salud mental han sido pasados por alto, en gran medida, como parte del fortalecimiento de la atención primaria. La salud mental es fundamental en los valores y principios de la Declaración de Alma Ata: la atención integral no se logrará hasta que la salud mental se integre plenamente en la atención primaria.

Los malentendidos comunes acerca de la naturaleza de los trastornos de salud mental y su tratamiento han contribuido a su abandono. Por ejemplo, muchas personas piensan que los trastornos mentales afectan sólo a un pequeño subgrupo de la población, pero de hecho, un gran número de personas que asisten a las consultas de atención primaria pueden tener un trastorno mental diagnosticable. Otros piensan que los trastornos de salud mental no se pueden tratar, pero sabemos que existen tratamientos efectivos y que se pueden ofrecer con éxito a través de la atención primaria. Algunos creen que las personas con trastornos de salud mental son violentas o inestables, y por lo tanto deben ser encerradas, cuando todos sabemos que la gran mayoría de los individuos afectados no son violentos y son capaces de vivir de manera productiva en sus comunidades.

La gente tiene que ser capaz de acceder a los servicios de salud mental más cercanos a sus hogares, cosa que permite mantener unidas a sus familias y seguir con sus actividades diarias. Además, se evitan los costes indirectos asociados con la búsqueda de atención especializada en lugares distantes.

Los servicios de salud mental prestados en la atención primaria tienen el potencial de reducir el estigma y la discriminación y eliminan el riesgo de violaciones de derechos humanos que a veces ocurren en los hospitales e instituciones de algunas partes del mundo. Y, como muestra nuestro informe, la integración de servicios de salud mental en la atención primaria genera buenos resultados de salud a un coste razonable. No obstante, los sistemas de atención primaria deben fortalecerse antes de poder esperar que la integración de la salud mental florezca razonablemente.

Nuestra humanidad nos obliga a respetar la aspiración universal de las personas de tener una vida mejor y a apoyar su objetivo de un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Con la atención primaria integrada, la carga global sustancial de los trastornos mentales no tratados puede reducirse, mejorando así potencialmente la calidad de vida de cientos de millones de personas y sus familias. Todo esto es parte de la cobertura de salud universal.

El Informe Mundial de la Salud de 2013 examina la base de investigación para la cobertura de salud universal. La cobertura de salud universal ha sido parte de la Carta de las Naciones Unidas desde 1948. Y no significa satisfacer las necesidades de 80 % de la población: significa garantizar que la atención médica está disponible para todos.

A raíz de Alma-Ata tuvimos "Salud para todos en el año 2000". Es evidente que esto no se logró y, como consecuencia, en 2000, las Naciones Unidas acordaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (los ODM), 8 objetivos con hitos que deben alcanzarse en 2015, 8 metas "dirigidas a las personas en situación de pobreza extrema y privaciones múltiples".

Lamentablemente el progreso en los ODM relacionados con la salud, los números 4, 5 y 6, no es tan importante como nos gustaría observar, aunque hemos visto millones de vidas salvadas a través del descenso de muertes prevenibles.

Los ODM también han sido objeto de algunas críticas por lo que se está perdiendo. No hacer frente a la necesidad de fortalecer la atención primaria o a la salud mental y las enfermedades crónicas, o no abordar los determinantes sociales de salud, o no garantizar la cobertura universal de las personas, tanto en zonas rurales como urbanas.

Las Naciones Unidas están iniciando los debates acerca de su enfoque después de 2015, la era posterior a los ODM. Por encima del clamor de miles de grupos de interés y sectores con intereses propios, durante estos debates se oye que nuestras organizaciones mundiales deben unirse para garantizar la atención a la salud mental, en beneficio de nuestros pacientes y comunidades, y esto se incluye en lo que sea que vaya a salir de la ONU en 2015.

Me gustaría centrarme en algunas de las áreas específicas que requieren atención:

Niños y salud mental de los adolescentes. Muchos niños sufren de un trastorno de salud mental. Trastornos vistos regularmente en la atención primaria incluyen el trastorno de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno de conducta, el delirio, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno depresivo, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno de ansiedad por separación. La depresión en adolescentes a menudo continúa sin disminuir en la edad adulta, y supone un riesgo de suicidio entre los jóvenes.

La salud mental en las personas mayores. La población mundial está envejeciendo rápidamente. Por supuesto, las personas mayores tienen más probabilidades de tener enfermedades crónicas y necesidad de los servicios de salud. Su salud mental se ve influida por el acceso a los servicios de salud, la educación, el empleo, la vivienda, los servicios sociales y la justicia, y por la libertad contra el abuso y la discriminación.

Algunos éxitos en la detección y tratamiento de los trastornos de salud mental.
En algunos países, el tratamiento de los trastornos mentales en atención primaria ha ido en constante aumento. Varios factores parecen explicar el aumento, incluidos la educación basada en la comunidad y su defensa, el aumento de la demanda del consumidor, una mejor formación de los trabajadores sanitarios de atención primaria, el desarrollo y aplicación de directrices basadas en la evidencia, y servicios más accesibles. Esta tendencia, aún no es evidente en la mayor parte del mundo, especialmente en los países de bajos y medianos ingresos.

El nuevo problema de mal uso o abuso de los tratamientos de salud mental. En ocasiones, los trabajadores de atención primaria recomiendan tratamientos de salud mental para personas que no los necesitan. Aunque claramente no es tan frecuente como la subdetección y el tratamiento deficiente, el uso excesivo desperdicia recursos escasos y puede ser peligroso para los pacientes. El uso excesivo puede ser el resultado de técnicas de diagnóstico y tratamiento pobres, a menudo relacionados con una educación y formación inadecuadas. Por ejemplo, en algunos países, los trabajadores de la atención primaria de salud cada vez recetan más antidepresivos y ansiolíticos para las personas que están pasando por etapas de infelicidad, pero no cumplen el umbral para un trastorno de salud mental. Los medicamentos psicotrópicos a veces son usados en exceso, en lugar de otras modalidades de tratamiento basadas en la evidencia como la psicoterapia. Y la promoción de la industria farmacéutica puede ser un arma de doble filo: con una mayor conciencia de enfermedades como la depresión, puede haber una tendencia a sobrediagnosticar y sobretratar.

El reto de la adherencia al tratamiento a largo plazo también es importante. La tasa media de adhesión para el uso de medicamentos a largo plazo en atención primaria es un poco más del 50 % en los países de altos ingresos, y se cree que pueda ser aún menor en los países de ingresos bajos y medios. A los pacientes se les culpa cuando no se sigue el tratamiento prescrito, a pesar de la evidencia de que los trabajadores de salud y los sistemas de salud pueden influir en gran medida en la adherencia de los pacientes. En realidad, la adhesión al tratamiento con medicamentos a largo plazo es un desafío multifacético que requiere la consideración y mejora de varios factores, entre ellos, una relación de confianza entre el trabajador de la salud y el paciente, un plan de tratamiento negociado, la educación del paciente sobre las consecuencias de una buena o mala adherencia, el reclutamiento de apoyo familiar y comunitario, la simplificación del régimen de tratamiento, medir la capacidad del paciente para pagar el tratamiento y el manejo de los efectos secundarios de la pauta de tratamiento.

Una pregunta que surge es si los médicos de familia tienen un papel que desempeñar en la gestión de las condiciones de salud mental en los países de bajos y medianos ingresos. Hay quienes dicen que la medicina de familia no tiene un verdadero papel que desempeñar en los países de ingresos bajos y medios. Bueno, hemos volado por los aires esa teoría. La nueva edición de la Guía de WONCA sobre el papel de la medicina familiar en la mejora de los sistemas de salud fue presentada en junio de este año por la Dra. Margaret Chan, e incluye contribuciones de la OMS que muestran la investigación en medicina de familia y el impacto que está teniendo en la mejora de los resultados de salud en muchos países de ingresos medios como Brasil, China, Tailandia y países de la región del Mediterráneo Oriental. Además, hay un capítulo que esbozó la labor extraordinaria que está en marcha a través de África para fortalecer la medicina de familia, especialmente, implicando a las organizaciones miembro de WONCA en África, que apoyan la evolución de las naciones vecinas.

Lo que estos acontecimientos demuestran es la necesidad de fortalecer a toda la fuerza laboral de profesionales de la salud, incluidos los médicos de familia, enfermeras comunitarias, trabajadores comunitarios de la salud y matronas y el apoyo al trabajo en conjunto para ofrecer una atención adecuada a todas las personas. Las personas de países con bajos ingresos todavía quieren y merecen tener acceso a servicios de salud, incluida la salud mental, el acceso a los médicos asistenciales y el acceso a medicamentos que salvan vidas.

También tenemos que aceptar el concepto de innovación inversa. ¿Qué pueden hacer los sistemas de salud de los países de altos ingresos para aprender de los sistemas de salud de los países de bajos ingresos? Es algo que las personas que pasan tiempo trabajando en otro sistema de salud en un país diferente aprenden muy rápidamente.

La Dra. Margaret Chan ha señalado que la atención primaria no es barata y no debe ser una “serie B” de la asistencia sanitaria.

Si vamos a ofrecer una cobertura universal, tenemos que frenar los costes de la atención de la salud, y podemos hacerlo aumentando la inversión en los servicios de salud basados en la comunidad y reduciendo la cantidad gastada en los hospitales. Al mismo tiempo, debe haber un movimiento de financiación de los hospitales hacia la comunidad, en lugar de esperar a una atención más basada en la comunidad para que se entreguen, sin haber aumentado los recursos.

El mismo modelo de atención no va a funcionar para cada comunidad. Es por eso que la medicina de familia y nuestro modelo generalista es tan importante. Nos adaptamos a las necesidades de la comunidad.

El mundo digital también ofrece una gran cantidad de desafíos. En nuestro mundo asíncrono, ¿cómo lograr la continuidad de la atención? Pero también traerá beneficios. Estamos empezando a aprender que las teleconsultas pueden permitirnos visitas domiciliarias a pacientes a distancia, y esto ha sido especialmente exitoso en muchas partes del mundo con la telepsiquiatría, con médicos de familia y psiquiatras consultores que trabajan juntos a grandes distancias para proporcionar un óptimo cuidado del paciente.

Así pues, ¿cómo integrar la salud mental en la atención primaria?

Bueno, aquí tenéis diez maneras:

1. La planificación y las políticas requieren incorporar la atención primaria a la salud mental. Necesitamos el compromiso formal por parte de nuestros gobiernos de una atención de salud mental integrada. La integración puede ser facilitada no solo por una política de salud mental, sino también por una política general de salud que haga hincapié en los servicios de salud mental en atención primaria.

2. Se requiere promoción para cambiar las actitudes y el comportamiento. El tiempo y el esfuerzo son necesarios para sensibilizar a los líderes políticos, a las autoridades de salud y a los trabajadores de atención primaria acerca de la importancia de la integración de la salud mental.

3. Es necesaria una formación adecuada de los trabajadores de atención primaria. Esto incluye la formación de los estudiantes de medicina y recién licenciados, y también la de los médicos de familia con experiencia. Modelos de atención colaborativos o compartidos, en los cuales las consultas conjuntas y las intervenciones se lleven a cabo entre los trabajadores de atención primaria y los especialistas en salud mental son una forma especialmente prometedora de brindar capacitación y apoyo permanente.

4. Las tareas de atención primaria deben ser limitadas y realizables. Inicialmente, cada sistema de salud tiene que ver la capacidad de su personal de atención primaria y sus funciones se pueden ir ampliando con el tiempo, a medida que los profesionales van adquiriendo habilidades y confianza.

5. Los profesionales de salud mental especializados y las instalaciones deben estar disponibles para apoyar a la atención primaria. La integración de los servicios de salud mental en la atención primaria debe ir acompañada de servicios complementarios, componentes de atención especial secundaria a las que los trabajadores de atención primaria pueden acudir para obtener referencias, apoyo y, en caso necesario, supervisión.

6. Los pacientes deben tener acceso a medicamentos psicotrópicos esenciales en la atención primaria. Para ello es necesario que los países distribuyan directamente medicamentos psicotrópicos a las instalaciones de atención primaria en lugar de a través de los hospitales psiquiátricos. Los países deben revisar y actualizar la legislación y los reglamentos para que los trabajadores de atención primaria puedan prescribir y dispensar medicamentos psicotrópicos, en particular donde los especialistas y médicos de salud mental son escasos.

7. La integración es un proceso, no un evento. Incluso cuando existe una política, la integración requiere tiempo y por lo general implica una serie de desarrollos, incluyendo la formación y contratación de personal apropiado y una financiación adecuada.

8. El coordinador de servicios de salud mental es crucial. Los problemas inesperados, a veces, pueden poner en peligro los resultados de un programa o incluso su supervivencia. Los coordinadores de salud mental son fundamentales en la dirección de programas en torno a estos retos inesperados, así como en impulsar el proceso de integración.

9. Es necesaria la colaboración con otros sectores del gobierno no dedicados a la salud, con organizaciones no gubernamentales, con la población y la comunidad de trabajadores de salud y voluntarios. Estas organizaciones pueden desempeñar un papel importante en el apoyo a la atención primaria de salud mental. Población y trabajadores comunitarios de la salud pueden ser especialmente valiosos en la identificación, y al referenciar a las personas con trastornos de salud mental a los centros de atención primaria, las organizaciones no gubernamentales de base comunitaria pueden proporcionar un gran apoyo auxiliar a las personas con problemas de salud mental.

10. Se necesitan recursos financieros y humanos. A pesar de que la atención primaria de salud mental es rentable, se necesitan recursos económicos para establecer y mantener un servicio. Los gastos de formación deben ser cubiertos y podrían ser necesarios más trabajadores de salud primaria y comunitaria, así como especialistas en salud mental adicionales para proporcionar apoyo, supervisión y consulta especializada. A medida que conozcamos mejor las necesidades de salud mental, la demanda de servicios se incrementará y no puede ser que se cuente con los servicios ya existentes para hacer frente a la creciente demanda.

Finalmente, unas palabras sobre nuestra propia salud mental, médicos. Una de las principales lecciones de la vida que tenemos que aprender como médicos es encontrar el equilibrio en nuestras vidas: el equilibrio entre el cuidado de nuestros pacientes y el cuidado de nosotros mismos. Si no nos ocupamos de nosotros mismos, no vamos a tener la capacidad ni la resistencia para proporcionar atención continua de alta calidad a nuestros pacientes y a nuestras comunidades.

Tenemos que asegurar que nos mantenemos física y mentalmente tan bien como sea posible. Y tenemos que cuidar de los demás. En palabras de Sir William Osler: "Un médico que se trata a sí mismo, tiene a un tonto por paciente".

Cada médico necesita a su propio médico, alguien en quien podemos confiar para nuestro propio cuidado médico y consejo. Si vamos a prevenir nuestros propios problemas de salud física y mental, tenemos que tener nuestro propio médico de confianza. Como médicos, merecemos tener acceso a la misma atención médica de alta calidad que ofrecemos a cada uno de nuestros pacientes. Y nuestras familias también merecen ese nivel de atención. Así que, por favor, y esto se aplica a todo el mundo en esta sala, si no tienes tu propio médico de familia, encuentra uno.

Cuida tu propia salud mental. Una forma de hacer esto es encontrar el significado en nuestro trabajo diario, y al hacerlo, descubrir y redescubrir cada día de tu vida la alegría y el privilegio de ser médico.

Michael Kidd
Presidente de la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA)
Ereván, 30 de agosto 2013

Esta publicación incluye algún contenido publicado previamente en la publicación conjunta de 2008 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA) sobre Integración de la Salud Mental en Atención Primaria, así como la publicación de MR. Kidd y P. Coker sobre el rol de los médicos de primaria y especializada en el Informe del Día Mundial de la Salud Mental de la Federación Mundial de Salud Mental, La Enfermedad Mental y la Enfermedad Física Crónica: la necesidad de cuidado continuo e integral.

Traducción: Eva Tudela, Spanish Society of Family and Community Medicine (semFYC) Director