Desde mi punto de vista : Anna Stavdal

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En los últimos meses, he visitado muchos colegas, en sus centros de salud y hospitales en muchas regiones de WONCA. La gran diversidad – cultural, económica y climática – dentro de nuestra comunidad profesional global es muy llamativa.

Como más aprendo, más claro lo veo. Lo que compartimos va mucho más allá de nuestras diferencias potenciales, como por ejemplo las condiciones de trabajo, la remuneración o la calidad de vida de la población a la que ofrecemos el servicio. Compartimos los valores centrales y tenemos la voluntad de ofrecer una asistencia continuada, completa y personalizada.

En el actual diálogo internacional sobre políticas sanitarias, existe un punto en común que defiende que la Atención Primaria es la piedra angular de la atención médica y, por lo tanto, un requisito previo para lograr el objetivo de la Cobertura Universal de Salud. ¿Pero se entiende completamente?, ¿Cómo pasar de esta afirmación a los hechos?

La Atención Primaria de alta calidad significa fuertes equipos multidisciplinarios, incluido una médica o un médico de familia capacitado en una posición de liderazgo. Ian McWhinney, uno de los últimos líderes en Medicina de Familia en Canadá, afirmó que “la medicina familiar es la única disciplina que puede definirse en términos de relaciones, especialmente la relación médico-paciente”. La fallecida Barbara Starfield, investigadora y profesora, nos proporcionó evidencia que demuestra que una buena relación personal a largo plazo con un médico de Atención Primaria elegido libremente no solo aumenta la salud del individuo, sino también la de la población en general.

En abril de 2019, un artículo de investigación publicado en el British Medical Journal [ver +] apoyó estos hallazgos. Comparó una serie de artículos científicos de alta calidad sobre lo que llamamos “continuidad de la atención”. Cerca del 82% de los encuestados confirmaron que la calidad de las relaciones continuas médico-paciente afecta las tasas de mortalidad. Cuanto mejor sea la relación del individuo con su médico a largo plazo, menor será su tasa de mortalidad por todas las causas de muerte, independientemente del contexto cultural o geográfico.

La confianza es la clave. Es más probable que un paciente siga los consejos de alguien si confía en ti, y también es más probable que comparta información que no ofrecería voluntariamente a un extraño. Esta información ayuda al médico a adaptar las medidas a tomar a cada tipo de individuo. Y, como ya sabes, muchas personas saludables hacen una comunidad saludable.

La atención médica integral es más que sumar “la suma de fragmentos de conocimiento médico específico de órganos”. Los datos biográficos, en un sentido amplio, son significativos en el diagnóstico y tratamiento en el ámbito de la medicina familiar; básicamente, nada de lo que el paciente nos presenta es irrelevante. Quizás es por eso que dolencias como la fatiga crónica, aquellos síntomas médicamente inexplicables, la fibromialgia y el colon irritable forman parte del ámbito de acción de la medicina familiar. En nivel más práctico, nuestra tarea es integral cuando actuamos como coordinadores y guías para nuestros pacientes dentro y fuera del sistema de atención sanitaria.

Entonces, sabemos que los valores centrales de la medicina familiar, expresados en la relación personal entre el paciente y el médico a lo largo del tiempo, tienen un impacto en los resultados de salud. Aún así, estamos impulsando la atención médica hacia especializaciones fragmentadas. El científico y profesor de medicina aclamado internacionalmente, Arthuro Casadevall, cree que la especialización es perjudicial. Al hacer que los médicos estén más especializados, todos están profundizando en su propia especialidad y rara vez se ponen de pie para mirar hacia la próxima trinchera.

La hiperespecialización dentro de la medicina ha producido una serie de avances e innovaciones realmente importantes. Pero también nos ha puesto enfrente a algunos inconvenientes serios. La fragmentación de la atención médica dificulta la navegación por el sistema en su conjunto, y la digitalización pone barreras a la interacción personal. Las fuerzas indómitas del mercado se ven reforzadas por estas tendencias y juegan con nuestros temores de mortalidad y nuestra búsqueda de una vida larga y saludable. Cuando se nos ofrece un producto nuevo, que promete calmar nuestros temores y devolvernos el control de nuestra salud, la mayoría de nosotros estamos más que dispuestos a pagar.
Tenemos la evidencia y la experimentamos en nuestro trabajo diario. Pero debemos asegurarnos de que los políticos y los encargados de poner en práctica las políticas sanitarias también estén familiarizados con la forma en la que la atención médica personal, integral y contínua debe ser la base sobre la cual se planifican e implementan los sistemas de salud.

Como médicos y pacientes, la evidencia debería alentarnos a poner nuestra energía en la construcción de relaciones humanas de calidad. Necesitamos apuntar a una comprensión a largo plazo entre pacientes, médicos de familia y enfermeras comunitarias. El servicio basado en el valor es el sello distintivo de la medicina familiar. Y significa mejores resultados de salud para toda la población del mundo.

Anna Stavdal
Presidenta electa de WONCA Mundial