Presidente de WONCA: Delicias turcas

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Tumbado en la cama de mi habitación, la vista era impresionante a través de la ventana que enmarcaba el Puente del Bósforo. Las luces suaves de los edificios bajos junto a ambas orillas contorneaban el agua negra y brillante, que arrastraba mi mirada hacia el puente. Mis ojos no querían cerrarse, incluso a pesar de que anhelaban el sueño tras 23 horas en tránsito, seguidas por una cena tardía con mis anfitriones turcos. Las formas danzantes de las luces violetas, azules y blancas del puente eran mágicas, pues brillaban en el cielo oscuro y sobre el agua negra. Meses después, continuo recordando esa vista –me calmó en mi profundo duermevela–
mientras reflexionaba sobre ese maravilloso lugar llamado Estambul.

Muchos otros han usado la metáfora del puente para describir Estambul. Además, Estambul es más que una península donde dos continentes se conectan. Es más que un paso tierra adentro que une el Mar Negro y el Mar de Marmara. Es más que un tesoro de antigüedades romanas, bizantinas, latinas y otomanas. Es un complejo mosaico de culturas estratificadas, más que una pizarra histórica que borra un imperio cuando otro lo reemplaza. Consciente de su pasado, Estambul tiene mucho que ver también con el presente y el futuro. Su joven demografía, su población expansiva (unos 14 millones de personas), y su dinámica economía la posicionan como una de las grandes ciudades del mundo. Sobre este trasfondo del viejo mundo tradicional y la vitalidad del nuevo, la Medicina de Familia está empezando a encontrar su lugar en el sistema de salud turco.

La Medicina de Familia es una especialidad relativamente emergente. Con una población de aproximadamente 73 millones de personas, Turquía tiene unos 111.000 doctores en ejercicio: 32.000 son médicos de medicina general, 58.000 son especialistas (2.500 de los cuales son médicos de familia cualificados) y 21.000 son residentes en periodo de formación especializada. Hay 74 universidades de medicina turcas, de las cuales, 16 privadas y 58 públicas. Colectivamente, se gradúan 4.800 médicos nuevos cada año. Y cada año, alrededor del 5% de los graduados eligen formarse en Medicina de Familia, que es un programa de 3 años, tras los 6 años de facultad. El promedio de salario de un médico de familia turco es de unos 1.500 dólares USA al mes. Hay unos cuantos tipos diferenciados de hospital en Turquía: 61 hospitales universitarios, 61 hospitales gubernamentales con programas formativos y 645 hospitales de distrito sin médicos residentes. Los médicos de familia turcos, especialmente en las áreas rurales, están más probablemente relacionados con el hospital que los médicos de familia de otras partes de Europa.

Hay dos organizaciones importantes que representan la Medicina de Familia en Turquía, TAHUD y TAHEV. TAHUD (Türkiye Aile Hekimleri Dernegi o Asociación Turca de Médicos de Familia) es el colegio nacional que ofrece defensa jurídica, educación y cualificación de la práctica a los médicos de familia. TAHUD tiene unos 1.000 miembros. TAHEV (Türkiye Aile Hekimligi Vakfi o Fundación Turca de Medicina de Familia) es una fundación que une un número de stakeholders clave en atención primaria y sponsors educacionales y otras iniciativas para promover la atención primaria en Turquía. Ambas organizaciones desarrollan papeles importantes en el apoyo a los médicos de familia y la promoción de la atención primaria.

Durante mi semana en Turquía, asistí a sesiones plenarias en el 2º Simposio Medicina de Familia de Acibadem en la Universidad Acibadem de Estambul y a la Convención anual Universidad de Otoño de Medicina de Familia (Aile Hekimligi Güz Okulu) co-esponsorizada por TAHEV y TAHUD en Antalya. Mi viaje a Turquía también me dio la oportunidad de reencontrarme con mi buen amigo, el Prof. Chris Van Weel, exPresidente de WONCA Mundial. Chris y yo tuvimos el honor de ser los profesores visitantes de estos importantes programas educativos.

Además del Simposium, mi jornada en Estambul incluía un vertiginoso tour por varios centros de salud, que estaban asociados a los hospitales universitarios. En uno de los hospitales, visité el consultorio de diabetes, en el que fui guiado por una médica de familia, la Dra. Mehmet Sargin. También visité un centro típico de atención primaria situado en una comunidad y conocido como “centro de salud familiar” (Aile Sagligi Merkezi), que estaba vinculado con el Ministerio de Salud y que no lo estaba con ningún hospital. La Dra. Senem Aslan Tangürek es una médica de familia cualificada que ha estado en el centro durante 7 años. El otro doctor es el Dr. Ufuk Cagman. Él es médico general, ha estado en el centro durante 2 años y espera formarse en cirugía pediátrica. Ambos se centran en las personas, son receptivos al cuidado de la comunidad y de las familias en su conjunto, desde los recién nacidos hasta las personas de más edad.

Aunque no pude ver la práctica profesional fuera de Estambul, la Convención anual de la Universidad de Otoño de Medicina de Familia de Antalya me proporcionó una maravillosa oportunidad de hablar con muchos médicos de familia de toda Turquía. Me encantó aprender de ellos y conocer sus puntos de vista sobre la práctica profesional, la Medicina de Familia y el futuro del cuidado de la salud en Turquía. Antalya ofrecía además placeres añadidos: una preciosa costa, un sol brillante y resorts “todo incluido” con excelente gastronomía e instalaciones.

Mis impresiones después de mi breve visita son que hay similitudes y diferencias entre los médicos de familia turcos y los de Europa y la región de alrededor. Las similitudes incluyen que los médicos de familia trabajan generalmente en pequeños consultorios (de 1 a 4 médicos). En las ciudades, no suelen atender nacimientos o pacientes hospitalarios, aunque en las comunidades rurales ofrecen estos servicios más habitualmente. Muchas de las consultas de atención primaria son cubiertas por médicos generales pues hay una significativa falta de médicos de familia cualificados.

Algunas de las diferencias son que los médicos de familia turcos y sus consultas parecen estar más frecuente y próximamente ligados a los hospitales, aún cuando no estén activos en el cuidado hospitalario. Comparado con otros médicos de familia de la región de WONCA Europa, los médicos de familia turcos parecen estar más implicados con el cuidado de las familias en su conjunto y con los grupos de todas las edades.

Mi impresión general es que la Medicina de Familia está creciendo en Turquía, con plena consciencia de la necesidad de tener médicos de familia cualificados y un aumento significativo del estatus de la disciplina. Entre los médicos de familia que conocí, parecía haber una sensación generalizada de optimismo y futuro mejor. Había una sensación de compartir objetivos, un deseo de hacer las cosas mejor, un espíritu de camaradería y cohesión. Estos logros no han sido accidentales. Reflejan el duro trabajo de los líderes de TAHUD y TAHEV, los esfuerzos de los médicos de familia académicos y el compromiso de los médicos de familia en ejercicio para mejorar la Medicina de Familia, la atención primaria y el cuidado de salud en Turquía.

Al final de mi semana, estaba feliz al volver a casa, como siempre lo estoy, pero estaba triste por dejar Turquía. La calidez de la hospitalidad y del tiempo, la energía y el entusiasmo de los médicos de familia y la creciente importancia de la Medicina de Familia ayudaron a hacer más placentera la estancia. Y ni siquiera tuve demasiada oportunidad de hacer turismo. Qué mejor razón para planificar una visita de vuelta, contemplar las luces del puente bailando en el cielo y en el agua y saborear las delicias turcas.

Me gustaría manifestar un agradecimiento especial a la Profesora Dra. Pinar Topsever, que fue un excelente anfitrión y que me ha ayudado con este editorial, incluso con las fotografías y la traducción al turco.

Profesor Rich Roberts
Presidente de la Organización Mundial de Médicos de Familia

Traducción: Eva Tudela  (semFYC)