Desde mi punto de vista... junio 2019

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Introducción del Presidente Donald Li:Los encuentros que hemos celebrado en la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud con la Asociación de Estudiantes de Medicina (IFMSA) y con el Centro de Jóvenes Líderes nos refuerzan en la convicción de que para tener una buena formación médica a nivel académico, para animar a más gente en nuestra profesión. Existen muchos obstáculos, en todo el mundo, que nos impiden poder alcanzar una cantidad de médicos de familia formado para alcanzar la cobertura universal de salud. Como más temprano los estudiantes de medicina se exponen a la Atención Primaria y a la visión comunitaria, más posibilidades hay de que elijan la Medicina de Familia como carrera. Así que, este mes, pregunté a la Profesora Val Wass, como docente de renombre a nivel mundial y como miembro de la WONCA y Tesorera Honoraria, para darle puntos de vista acerca de cómo la educación de los estudiantes de medicina necesita adaptarse al cambiante entorno sanitario.

Transformando la educación para desarrollar los sistemas sanitarios en un mundo interdependiente: El papel de la WONCA

El Día Mundial del Médico de Familia 2019 de la WONCA que tenía como lema “cuidando de ti durante toda tu vida” recordó al mundo la importancia de los médicos de familia. Tal y como se destacó en la Declaración de WONCA Seúl 2018, los médicos de familia deben formarse para ofrecer una asistencia global a lo largo de todo el ciclo vital (de la cuna a la tumba) centrándose en la persona.” La asistencia holística, compasiva y generalista reside en el corazón de todo lo que hacemos. La Declaración de Seúl afirma que los médicos de familia pueden (y deben) dirigir “las necesidades emergentes de una población más envejecida y el crecimiento de las enfermedades no-transmisibles (Non-Communicable Diseases) a un nivel de Atención Primaria (Primary Health Care, PHC)”. Fortalecer la Atención Primaria y conseguir la cobertura Universal de Salud sigue estando en el centro de nuestra estrategia. La Declaración de Seúl urge a los países a “invertir en formación especializada en médicos de familia mediante el desarrollo de la capacidad académica empezando desde la escuela” (2). Desde mi punto de vista, estos dos posicionamientos están intrínsecamente relacionados. A pesar de ello, desde un punto de vista global, la educación médica no ha conseguido reconocer esta situación (1). En este momento podemos colaborar a través de todas las redes de trabajo con las que cuenta WONCA para reformar la educación y apuntalar las cambiantes necesidades de la salud de la población. Sin esto, la universalidad será, me temo, inalcanzable.

El último informe publicado en The Lancet acerca de la Salud de los Profesionales para el Nuevo siglo deja bien claro que “las estrategias educacionales del Siglo XX no encajan con los retos y necesidades del siglo XXI” (1). Los autores argumentan que para cambiar la salud de la población hay que cambiar la forma en que participamos del mercado laboral; un personal sanitario capaz de prestar asistencia en la comunidad de una forma generalista desde una Atención Primaria más fuerte. En lo que la educación médica ha fallado es en lograr un equilibrio entre esta realidad y los cambios radicales a nivel curricular para lograr este tipo de profesionalización 1. (Figura1) Mientras la educación médica esté centrada en los hospitales, sea enseñada en silos de especialización y no fomente los valores generalistas y holísticos de la Atención Primaria, continuaremos creando un perfil de profesional orientado hacia la atención secundaria y, como consecuencia, la continua situación de escasez de médicos y médicas de Medicina de Familia y Comunitaria no mejorará. Creo que el modelo de asistencia basada en el segundo nivel asistencial, que se perpetúa en todo el mundo, es dañino para todos. La educación médica debe adaptarse de forma global a las necesidades locales.

Figura 1:

Pero somos nosotros los que, también, debemos cambiar, como médicos y médicas. Es necesario que nos enfrentemos a nuestros límites profesionales, que abordemos las necesidades de la sociedad y nos anticipemos a los roles de los futuros médicos junto con otros profesionales de la salud. Para ello son necesarios nuevos valores profesionales centrados en la responsabilidad social, abriendo uniendo las brechas que separan la ciencia y las humanidades, actuando con los derechos humanos como guía, persiguiendo la equidad y la justicia, y apoyando los estudiantes para que obtengan habilidades en Atención Primaria, por ejemplo, diagnósticos indeferenciados, gestión del riesgo y la incertidumbre. Como educadores nuestro rol como docentes es crucial, aunque todavía no está completamente integrado en los centros académicos dominados por una visión hospitalaria.

A menos que cambiemos la manera que tenemos de gestionar esta cuestión y que nos reivindiquemos dentro de la jerarquía médica, el mundo continuará padeciendo un desequilibrio en su personal sanitario. In Inglaterra se hizo público un informe acerca de cómo apoyar las carreras profesionales en Medicina de Familia y Práctica Generalista en las escuelas médicas, ante una falta evidente de profesionales. El estudio “By choice not by chance” (Por elección, no por casualidad) nos mostró una gran multiplicidad de factores que influencian de forma negativa las elecciones de carreras dentro de la Medicina de Familia. Un hallazgo inesperado fue que la percepción del estatus menor de la Medicina de Familia como carrera profesional ya empieza en la educación primaria. La falta de exposición a la Atención Primaria y a los modelos de aprendizaje basados en la Medicina de Familia, sin comprender lo que un médico de familia realmente hace, juntamente con los errores para promocionar el potencial académico de los médicos de familia, son algunos de los elementos que nos van en contra. La participación de calidad en la Atención Primaria es positivamente transformacional: un descubrimiento bien documentado en la literatura internacional.

Tal y como Nelson Mandela sabiamente dijo: “La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo”. Estamos ante una gran oportunidad para actuar de formar positiva guiados por la Declaración de Seúl, porque esta Declaración pone el foco tanto en las necesidades cambiantes de la población como en la petición de más especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria.

Esto encaja muy bien en el modelo de estudio publicado en The Lancet (Figura1) que enlaza ambas peticiones con nuestra estrategia regional y como organización. Ha llegado el momento de transformar la educación médica.

Val Wass
Tesorera de WONCA
Coordinadora del Grupo de Trabajo en Educación de WONCA World

Bibliografía:

1. Frenk J, Chen L, Bhutta ZA, et al. Health professionals for a new century: Transforming education to strengthen health systems in an interdependent world. Lancet. 2010 https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(10)61854-5/fulltext

2. WONCA : Seoul Declaration 2018 https://www.wonca.net/site/DefaultSite/filesystem/documents/policies_statements/Seoul%20Statement%202018.pdf

3. Wass V. Southgate L. Doctors without borders. Acad Med. 2017; 92 (4): 441-443 doi: 10.1097/ACM.0000000000001618

4. Wass V, Petty-Saphon K, Gregory S. By Choice not by Chance 2016 https://www.hee.nhs.uk/sites/default/files/documents/By%20choice%20-%20not%20by%20chance.pdf