Presidente de WONCA: Lo rural nos emociona

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Novembre de 2012

Esta no es una columna sobre geología distante. Más bien trata sobre el excepcional y extraordinario trabajo de los médicos de familia en algunos de los lugares más aislados. Una costumbre habitual en nuestras sociedades es que la gente más joven vaya en manada a las ciudades en busca de trabajo. Esto da como resultado comunidades rurales con un porcentaje significativamente creciente de personas de edad, con sus crecientes necesidades de cuidados de salud. Mientras la mitad de la población mundial aproximadamente vive en áreas rurales, una proporción mucho menor de profesionales del cuidado de la salud están localizados en esas áreas. Esta desproporción es incluso mayor cuando se aplica a la distribución de médicos. Los médicos de familia, sin embargo, están haciendo un buen trabajo al distribuirse para satisfacer las necesidades de la gente. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los médicos de familia son los únicos médicos distribuidos geográficamente en la misma proporción que la población en general.

Reflexioné recientemente sobre esto mientras conducía por la mañana, muy temprano, desde Duluth, Minnesota (Estados Unidos) a Thunder Bay, Ontario (Canadá). Iba con rumbo a la Conferencia de Salud Rural de WONCA, que es convocada cada pocos años en localidades de todo el mundo. En años previos, otros compromisos me hicieron imposible asistir. Esta era, pues, mi primera conferencia mundial de salud rural. Aún así, este año tampoco fue fácil poder estar allí. La tarde anterior, tuve una reunión importante en los Institutos de Salud Nacionales (ISN) en Washington DC (Estados Unidos) para discutir sobre la obtención de fondos para investigación en diversas patologías prevalentes como la depresión o la diabetes. Era importante que la atención primaria de salud estuviera representada en la mesa.

La reunión de los ISN suponía tener que volar por la noche muy tarde a Duluth y llegar al hotel a la 1.00 de la madrugada. Era poco tiempo para descansar, pues a las 3.00 tenía que levantarme para cumplir con mis deberes inaugurales en Thunder Bay, con 3,5 horas de conducción por medio y una diferencia de horario de una zona. Algunos amigos que habían vivido por allí me animaron con la preciosa perspectiva de conducir por Lake Superior, disfrutando de los colores del otoño y de los cambios de tonalidad de las hojas que van desde el amarillo, al naranja y el rojo, en esta región tan boscosa. Desafortunadamente, no había mucho que ver conduciendo en la oscuridad, pero sí lo hubo algo más tarde.

Aún a pesar de que estuve en Thunder Bay solo durante 28 horas, fue una experiencia asombrosa. Hubo más de 800 inscritos de todo el mundo. La conferencia fue una mezcla de sesiones plenarias y pequeños grupos de talleres. Hubo presentaciones de todos los continentes. Las distancias con algunos ponentes que se nos unieron fueron salvadas a través de videoconferencia. Muchas de las discusiones se centraron en la necesidad considerable de disponer de más profesionales en las comunidades rurales. La conferencia fue muy integradora: aprendices y clínicos expertos; profesionales, profesores, investigadores y administradores; pacientes, enfermería, doctores y otros profesionales. Se hizo un especial esfuerzo por centrarse en las necesidades de las poblaciones autóctonas. Los participantes pudieron visitar emplazamientos de atención rural de salud y observar de primera mano el increíble potencial de la educación distributiva. Quiero felicitar especialmente al Doctor Roger Strasser, anfitrión de la conferencia y Decano de la Escuela de Medicina del Norte de Ontario, y al Profesor Ian Couper, Presidente del Grupo de Trabajo de Rural en WONCA. Su visión y planificación hicieron posible una conferencia exitosa y memorable.

La conferencia confirmó mi creencia en que hay algo especial en la práctica rural y en sus profesionales. Creo que los profesionales rurales están más cerca de alcanzar los principales propósitos de la atención primaria. Barbara Starfield nos enseñó que los dos objetivos y atractivos principales de la atención primaria de salud es la continuidad y su integralidad. Después de observar el cuidado del paciente por cientos de médicos de familia, rurales y urbanos, en más de 50 países, he llegado a la conclusión de que los médicos rurales tienden a ofrecer una mayor continuidad de la atención y un servicio más integral. No sabría decir si la práctica rural conduce a eso porque busca ofrecer mayor continuidad e integralidad o porque los recursos limitados en localizaciones rurales obligan a ello. Sospecho que es una combinación de ambas razones, así como de otras razones, quizás (el deseo de mantener un estilo de vida rural, de volver a las raíces rurales, etc.).

Para ser totalmente sincero, debo confesar que tengo un sesgo en este asunto. Mis 30 años como médico de familia los he dedicado a la práctica en comunidades de menos de 2.500 habitantes. Creo que estas experiencias me han enseñado unas cuantas cosas. En las comunidades rurales, los profesionales del cuidado de la salud se apoyan unos a otros para obtener respaldo mutuo. Esto tiene que ver más con el desempeño (“quién hace qué mejor”) y no tanto con el pedigree (“quién tiene qué credenciales”). Los profesionales también entienden la importancia de la salud y el bienestar en sus comunidades. Quizás la falta relativa de recursos en emplazamientos rurales ofrece mayor claridad sobre la responsabilidad individual y las prioridades comunitarias.

Antes de empezar como profesional, dediqué doce años a estudiar en la universidad y prepararme en áreas urbanas, con poblaciones metropolitanas de entre 0,5 y 15 millones de personas. Aprendí, y la literatura lo confirma, que los centros urbanos grandes representan una colección de pequeñas comunidades que deben ser definidas por proximidad, etnia, religión o intereses comunes. Por ejemplo, los estudios de longevidad de los neoyorquinos muestran que la mayoría dedican la mayor parte de sus vidas a residir, trabajar, comer y tener ocio en un área comprendida en unos pocos edificios. Así pues, de alguna forma, las áreas urbanas son como las áreas rurales desde una perspectiva individual. Es cierto que en un emplazamiento urbano hay muchas más sub-comunidades para elegir, que están definidas más por intereses y filias que por geografía. Esto crea más oportunidades de expresar preferencias individuales, pero más retos para la cohesión social.

Así pues, he llegado a la conclusión de que los profesionales rurales pueden enseñarnos a todos nosotros un montón de cuestiones sobre lo que el cuidado de la salud hace y cómo debería ser. En las localidades rurales, las conexiones más obvias entre las acciones individuales profesionales y su impacto en las comunidades nos muestran claramente la importancia del cuidado de salud de atención primaria y su núcleo de valores de continuidad e integralidad. De manera similar, las limitaciones de recursos en la práctica en el ámbito rural pueden fomentar innovaciones que muy bien pueden servirnos a todos nosotros, pero solo si escuchamos cuidadosamente y aprendemos de lo que dicen y hacen los profesionales rurales. Tenemos que poner atención a ello.

Mi viaje en coche en la oscuridad hacia Thunder Bay centró mi atención en la carretera ante mí. Iluminados a ratos por los haces de luz de los focos había numerosos ciervos elegantes a punto de saltar desde el borde de la carretera, e incluso algún joven alce. Mientras el sol emergía entre las copas de los árboles, el cielo se convirtió en un fondo rojo anaranjado glorioso. El esfuerzo de una conducción larga, intensamente concentrada y cansada contrastaba con la belleza de la vista. Me recordó que en la práctica rural la jornada nunca es fácil, pero vale la pena.

Profesor Richard Roberts
Presidente de WONCA

traducción Eva Tudela, semFYC