Presidente de WONCA: El amanecer de África

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“¿Dónde están la bruma y los truenos?” Estas eran las primeras palabras que me vinieron a la mente mientras miraba a través de las copas de los árboles hacia las Cataratas Victoria, a un kilómetro al norte. Mosi-oa-Tunya (“El Humo que Ruge”) es una de las maravillas naturales del mundo. Formadas por una grieta en la superficie de basalto sobre la que fluye el Río Zambezi, se dice que las Cataratas Victoria son la extensión de caída de agua más grande del mundo. Se han convertido en una importante fuente de ingresos a través del turismo y los congresos para una Zimbabwe hambrienta de dinero.

Había viajado una larga distancia para asistir al Congreso Regional WONCA de África y para ver las Cataratas. Llegué preparado para quedar impresionado por ellas, pero todo lo que pude ver desde mi hotel, situado sobre una colina distante, fue un terreno plano cubierto de árboles marrones. Esa decepción inicial me llevó a preocuparme por si mis altas expectativas sobre el congreso también estarían en riesgo. Durante mi semana en Zimbabwe, aprendí, sin embargo, que las primeras impresiones pueden ser engañosas. Uno necesita mirar más cerca y más profundamente para ver la verdadera naturaleza y el valor de las cosas.

Este era el tercer congreso de la región africana, con las dos previas en 2000 (Abuja, Nigeria) y 2009 (Rustenberg, Sudáfrica). En el año precedente al congreso, había quien dudaba de si la reunión se haría o se podría convocar en Zimbabwe. Esas dudas se revelaron equivocadas. Acogidos por el Colegio de Médicos de Atención Primaria de Zimbabwe (CPCPZ), el congreso fue un éxito extraordinario. Cerca de 400 delegados acudieron desde 25 países, 15 de ellos africanos. El éxito se debió al duro trabajo del Dr Muriel Fallala (responsable de la convocatoria) y Mrs. Neriser Sobanda (secretaría), junto a sus colegas de los Comités Científicos y Organizador Locales.

Las sesiones educativas fueron una mezcla de variadas lecturas plenarias combinadas con talleres más específicos. Como los ponentes representaban a muchos países, fue maravilloso que la mayoría de ellos fueran de África. Las sesiones fueron muy concurridas, con discusiones estimulantes y vigorosas. Las más memorables para mí fueron las dos sesiones plenarias. Una era sobre las relaciones entre la economía, la salud y la Medicina de Familia en Zimbabwue, ofrecida por el Dr Billy Rigava, Vicepresidente del CPCPZ. La otra fue una entusiasta ponencia sobre la congruencia entre los valores de África y la Medicina de Familia, ofrecida por el Dr Atai Omoruto de Uganda. Las actividades sociales ofrecieron excelentes oportunidades para el networking y una muestra de la cultura y la gastronomía africanas.

Dr Kurai Ngaribvume
Junto a algunos otros, pude observar la práctica del Dr Kurai Ngaribvume, el único médico privado de la zona. El Dr Kurai había sido Oficial Médico del Distrito (DMO) de las Cataratas Victoria antes de abrir el Centro Médico Chinotimba. Localizado en un barrio residencial, la construcción había sido bien amueblada e incluía una sala de partos, donde su enfermera atendía unos diez nacimientos por mes. Él realizaba ecografías si se necesitaban. Si la intervención era requerida, hacía cesáreas en el hospital del distrito, a varios kilómetros de distancia. Los pacientes con síntomas a veces pernoctaban en la clínica para mantenerlos en observación, por ejemplo aquellos que necesitaban fluidos intravenosos. Tenían planes para asumir la posibilidad de incluir rayos x y servicios de laboratorio.

El Dr Kurai y sus pacientes también consintieron amablemente en que pudiéramos observar sus consultas. Una fue la de un hombre que era un exitoso director y que describía hematoquecia, probablemente asociada al consumo de alcohol. Otra fue una mujer seropositiva que se quejaba de síntomas nasales de alergia. Mientras se dirigía a su preocupación principal, el Dr Kurai también la condujo con habilidad para obtener un recuento de CD4 y un resumen de su tratamiento anti-retroviral (ARV), que había seguido discontinuadamente varios meses atrás. Un chico joven presentó balanitis y adenopatía reactiva. En cada caso, el Dr Kurai demostró las capacidades que he visto en muchos médicos de familia de todo el mundo: estuvo centrado en la persona, fue sensible a la familia, la cultura y los asuntos de la comunidad, fue práctico, eficiente y empático.

      Profesor Rich Roberts – una espina entre un ramo de flores.

Mi visita a las Cataratas Victoria fue otro recordatorio del hueco existente entre nuestras suposiciones y nuestra subsiguiente experiencia. Mi suposición era que Zimbabwe era un lugar peligroso consumido por políticas irritantes. Mi experiencia fue que el zimbabwense es uno de los pueblos más amigables que he encontrado. La política no era un tema candente de conversación.

Mi suposición era que Zimbabwe era un país muy pobre con una economía en bancarrota. De hecho, el Dr Rigava describió que en la década anterior había habido un 94% de tasa de desempleo para la economía oficial y un 93% de población con falta de acceso al sector del cuidado de la salud oficial. El Producto Interior Bruto cayó un 54% hacia 2008, con una media de 340 $ por cápita anual, menos de un dólar por persona y día. Aún, yo no sabía que los ingresos casi se habían duplicado desde entonces hasta 640 $. Buena parte de ese crecimiento parece deberse a la inversión china, relacionada con la minería y otros recursos naturales. Mientras Zimbabwe se mantiene como un país con ingresos bajos, hay una sensación de optimismo entre aquellos que han sobrevivido tiempos muy complicados. Otra de las ironías que experimenté en muchos lugares es que aquellos que tienen más carencias económicas a menudo parecen ser más generosos en espíritu.

Poco después de su independencia, Zimbabwe hizo avances impresionantes en sus indicadores de salud, al adoptar un modelo de atención primaria de salud. Muchos de esos avances se perdieron cuando el sistema de salud pública se derrumbó durante la década de dificultad. Conforme las cosas van mejorando, los zimbabwenses están reconstruyendo su sistema con esfuerzos considerables para relacionar mejor la atención primaria de salud y la salud pública. La importancia de esta relación se refleja en la selección de dos médicos de familia como recientes ministros de salud de Zimbabwe, incluyendo el ministro actual Dr Henry Modzorera. Él dio una charla conmovedora resaltando las importantes conexiones entre los determinantes sociales y el estatus de salud.

Pero no se confundan. Zimbabwe tiene por delante un largo camino. Su necesidad de profesionales de la salud es substancial, con un número de doctores y enfermeras de 2 y 9 respectivamente por cada 10.000 personas. Muchos países con mayores ingresos tienen entre 10 y 20 veces esta cifra. Estas diferencias muestran por sí mismas los resultados en la salud de los zimbawenses. Tristemente, con una mortalidad maternal de 570 por cada 100.000 nacimientos, las madres de Zimbabwe mueren 100 veces más que en los países con ingresos altos y hasta 10 veces más que en países con ingresos relativamente bajos, como Tailandia. Al mismo tiempo, es alentador aprender que muchos stakeholders involucrados en los cuidados de salud en Zimbabwe están haciendo esfuerzos conscientes para trabajar juntos y mejorar la salud de la población. El status de la Medicina de Familia como una disciplina respetada y reconocida está en su nacimiento. A través de programas de enseñanza a distancia como el Master en Medicina de Familia de Stellenbosch en la cercana Sudáfrica, Zimbabwe está incrementando gradualmente su volumen de médicos de familia cualificados.

Durante el transcurso del congreso, fueron presentadas algunas estrategias innovadoras para mejorar la distribución y calidad de los médicos de familia en África, como el Programa de Apoyo a Médicos Rurales en Sudáfrica. Otro ejemplo fue el Programa de Capacitación para la Especialidad de Medicina de Familia en Lesotho, que se construyó sobre un enfoque de mejora continuada de calidad. Estos ejemplos y otros me dieron la esperanza de que están por venir mejores tiempos para África.

Algunos han descrito el siglo 20 como el centenario de América, y que este el centenario de China e India. Mi creencia es que el futuro cercano será el tiempo de África. Su demografía joven, recursos naturales, tradiciones al compartir con la comunidad y su improvisación ingeniosa para compensar los recursos limitados posicionan a África para ser un líder global y dinámico en el futuro. También creo que avances similares tendrán lugar en los cuidados de salud en África. Los recursos limitados obligan a los países a focalizarse en prioridades y dirigirse a sus necesidades importantes. En contraste, los servicios clínicos y las agendas de investigación en países con altos ingresos a menudo pierden creatividad, flexibilidad y relevancia, conforme van enredándose en burocracias excesivas, intereses arraigados y prácticas derrochadoras.

Fotos: Cataratas Victoria – temporadas húmeda y seca










Mi suposición de que no iba a ver la bruma de las Cataratas Victoria por encima de las bóvedas de árboles era poco realista ante los dos años de sequía que había sufrido la zona. Tras un paseo de 30 minutos que me proporcionó una vista más cercana, mi experiencia fue que las Cataratas eran aún más bellas de lo que esperaba. Los niveles más bajos de agua creaban una catarata más interesante de lo que yo podía imaginar, al ser todos los pequeños desfiladeros y las islas visibles en ese momento. Sé que algún día, muy pronto, las lluvias volverán y harán crecer el Río Zambezi, de nuevo, elevando otra vez la bruma de las cataratas sobre la línea de los árboles. Como “el Humo que Ruge”, creo que estaremos impresionados e inspirados mientras vemos el amanecer de África. Vayan y véanlo ustedes mismos.

Profesor Rich Roberts
Presidente de la Organización Mundial de Médicos de Familia

Traducción: Eva Tudela